Comentando con compañeros de profesión a las dificultades a las que se enfrentan en su día a día, suelen hacer referencia a su bajo "poder" de influencia sobre sus proveedores; y usan esa palabra para describir sus "dificultades". Desde mi punto de vista, el problema subyacente, es saber cooperar, trabajar conjuntamente con nuestros socios-proveedores, con el objetivo de dar a nuestros clientes el producto ó servicio requerido, con la calidad, servicio, coste e innovación requeridos.
Por mi experiencia profesional, estoy habituado a trabajar junto a proveedores, para los que somos insignificantes en sus cifras de negocio, pero que aportamos valor y hoy en día nos consideramos mutuamente socios. Aportamos valor a nuestros clientes, que en definitiva también son clientes de nuestros proveedores.
Esta relación no se consigue de la noche a la mañana, lleva tiempo desarrollarla, hablamos de años; es un proceso en el cual ambas partes tienen que establecer una relación confianza que permita avanzar en el planteamiento de nuevos productos y servicios que beneficien a ambas organizaciones. La relación debe ser de igual a igual (win-win).
Esto lo conseguiremos siendo honestos y transparentes, presentando datos (cotización materias primas, energía, carburante... etc), intentando mejorar el servicio y calidad, en definitiva, ayudando y dejándonos ayudar.
El objetivo final es dar al cliente final el producto ó servicio que desea en plazo, calidad y precio prometidos, para lo cual hay que fortalecer todos los eslabones de la cadena, incluyendo a los proveedores, ya que para un buen resultado, es necesaria una buena materia prima.
Trabajar conjuntamente en un entorno de colaboración mutua con los proveedores traerá fuertes beneficios a la organización.
La integración de proveedores nos permite obtener una mejora competitiva, estaremos en disposición de entregar al mercado unos productos/servicios mejores que la competencia. Esta mejora se traduce en mejor calidad, incremento del servicio, reduciendo stocks previendo la demanda y evitando la inestabilidad de precios.
Al principio de esta entrada comentaba que he vivido la experiencia de trabajar con proveedores en los que por tamaño, nuestra posición no es dominante, pero que sin embargo sí somos considerados como un cliente estratégico que además de la relación comercial les aporta una mejora en su propia organización.
Con esto no quiero decir que todos los proveedores deben ser considerados como socios, debemos hacer una cierta clasificación de los proveedores en función de si son estratégicos o no. En la función de compras una clasificación clásica es: proveedores de materiales de producción, no producción, commodities y servicios.
Debemos ir hacia criterios más actuales en la relación con nuestros proveedores.